domingo, 3 de junio de 2007

...Noche...


Todavía no se me quitan la sensación extraña de dolor en mi estomago, ese ardor de desesperanza que acude a mi cuando algo necesita buscar suicidio...

Ese sentimiento que va goteando poco a poco hacia dentro de mi, tan solo para cumplir con mi promesa, ese liquido que recuerda lo que siempre he dicho como mi destino...

Ese destino de estar de nuevo aquí bajo estos reflectores, sentado, solo, apartado de todo, con el calor de esa luz blanca que me ciega y solo permite escuchar el sonido de la guitarra que canta una sentencia que hoy parece convertirse en verdad aunque no con la conclusión que ahí presentan...

Regreso a mi casa aun con esa tonada en mi dolor, esperando oír la voz que acabe con esa sentencia y la remplace por ese himno del primer encuentro...

Pero la voz tan solo parece tararear la sentencia dictada, esa canción que me invito a sonido de la guitarra y la verdad por primera vez, y que hoy a su vez se presenta a cumplir con su palabra...

Pero la magia no cambia en la comodidad d esta cama, mientras las notas empiezan a pegarse a estas manos, dando a esta espera una nueva voz, sin lagrimas que esta noche canta y aclama, por que la noche siga dándonos alcohol, por que esas ganas de escapar podrán dejar de doler entre azul y buenas noches...

...Ex-Rudo...


"Compañera si me alejo un dia, una tarde, una mañana, un junio..."
Alejandro Filio

1 comentario:

Anónimo dijo...

No hay otra manera de definirlo, alguien ya lo dijo:

"En el centro de su conciencia había la certidumbre de una infinita tristeza, pero esa tristeza lo reconfortaba porque era lo único que le resultaba familiar"